Después de trabajar con Beth, he conseguido clarificar ideas, reducir el número de proyectos y de prioridades. De una forma bastante tranquila, pausada y bien acompañada he empezado algunos proyectos a los cuales quizás no me hubiera atrevido yo solo. Sin tener que hacer eso de “¡salta al vacío!”, he superado la barrera del miedo al error y he ido más hacia lo productivo y menos hacia lo perfecto: con un mínimo de calidad, tomar acción en cosas concretas.